En este artículo desarrollado en colaboración con nuestro equipo pedagógico, te hablamos de lo bueno que es estimular el juego simbólico durante el crecimiento del niñ@.
Cuando observas a tus hijos jugar a papás y a mamás, a repartirse roles y cuidar de sus bebés y muñecas.. estás observando cómo poco a poco están creciendo interiormente a través del juego simbólico:
Te explicamos qué es y los mecanismos que usan tus hijos a la hora de jugar y lo beneficioso que es para ellos. El niño o niña se junta con sus amigos y decide representar situaciones reales durante el juego. Digamos que crea sus propios mundos de juego de fantasía y vive experiencias en ellos.
El niño o niña, durante su crecimiento, se va haciendo consciente que puede jugar a ser otras personas (¡Como papi o mami!) y descubre que hay diferentes formas de pensar y sentir. Empieza a “simbolizar”, creando situaciones que combinan hechos reales con su hechos de su propia imaginación:Nuestro día más común, para ellos es vivir algo extraordinario y diferente.
Cuando está jugando a bañar o dormir a un bebé, en ese momento, juega a ser la mamá o papá de la muñeca y se siente así: Lo mima y lo cuida, igual que su madre o padre lo mimó anteriormente.
Según la edad del niño o niña hay distintas fases del juego simbólico:
Fases del juego simbólico:
2- 3 años: Juega solo, simboliza acciones que observa en su entorno, y la traslada a su juego con otros objetos. Por eso les encanta tener muchos objetos, ropa y detalles para jugar.
4 – 5 años: Comienza el juego simbólico colectivo y cada vez requiere más contacto con la realidad y su necesidad de compartir experiencias y juegos con otros compañeros. Este sería el caso cuando juegan varios niños: «Tú eres la mamá, tú el papá y tú la tía.» Este tipo de escenas en las que se reparten los roles son muy enriquecedoras para los niñ@s. El juego simbólico además ayuda a la adaptación y normalización de nuevos modelos de familias.
Los beneficios, por tanto son incalculables, de ahí la necesidad de que todos los niños y niñas tengan juguetes y muñecas que le ayuden a expresarse y refuercen este tipo de juego.
- Favorece el análisis y comprensión del mundo.
- Desarrolla su imaginación.
- Favorece su desarrollo cognitivo, al relacionarse el juego y el lenguaje.
- Permite al niño y a la niña simular situaciones reales y vivirlas de forma ficticia.
Ahora es tu turno: Es importante reforzar este tipo de actividades y que los más pequeños puedan desarrollarse emocionalmente a través del juego, animandoles a crear situaciones nuevas y divertidas… ¡No olvidemos que están jugando!